miércoles, 1 de julio de 2015



BREVES SOBRE ENRIQUE IV DE SHAKESPEARE

 Por. Gabino Hernández Aguirre

1.- Enrique IV (primera parte), Se narra a partir de dos tramas, una épica  que cuenta la rebelión de los Percy y la batalla de Shrewsbury (1403)en donde el Rey y el príncipe Enrique de Gales ganan: de tono grave entreteje los avatares entre el hijo pendenciero y el padre decepcionado, sin embargo es en la batalla en donde el joven príncipe da muestras de la fuerza de su nobleza y hace honor a su origen al matar a Hotspur, que es al mismo tiempo el arquetipo paterno de un buen hijo, en la batalla de los Henry’s, queda expuesta la tesis de la sucesión divina y la idea de que la realeza encarna los más altos valores humanos; por tanto Henry es de lenguaje alto y respetuoso pero a la vez arrojado (lo que no se dice en palabras, se dice con el cuerpo). Está trama va  junto a otra cómica de tono jocoso e irónico que sucede en escenas alternas en donde el príncipe se asocia con Falstaff: un pícaro especie de Virgilio encarnado en un shandy que lo conduce por entre la plebe y lo adentra en la  forma de vida del pueblo ingles del 1400; para tal aventura irán junto a una serie de bandoleros que viven una vida disipada, pero cuya experiencia vital apela a los sentidos como forma comportamiento y no a la razón como lo sería la guardia personal de un rey, caso en el que el refinamiento de los rituales y el protocolo, no solo son necesarios, si no obligatorios; es desde un punto de vista mítico, el descenso del héroe al Hades en busca de conocimiento, la carga cómica disfraza a la perfección la verdad, que no es otra cosa que los vicios y virtudes de los personajes. La taberna “La cabeza del jabalí” es una alegoría de la isla de Circe en donde los marineros de Odiseo son convertidos en cerdos, la hostelera Quickly es una Circe cuya isla es la Hostelería y los brebajes mágicos son el vino y la manteca, pero en donde todo es honestidad de cofrades de arrabal y cantina, los hombres se convierten metafóricamente en cerdos, y Falstaff es la muestra, come y bebe hasta convertirse en un chancho y no sólo eso, es un putañero, falso, extorsionador, pero sobre todo es inteligente y pícaro; es por eso el maestro idóneo para dar al príncipe Enrique el conocimiento que le ha sido vedado entre las paredes del castillo, el que debería tener todo tirano, rey o mandatario: “conoce a tu pueblo como a ti mismo”, en cuanto al lenguaje del príncipe en los bajos fondos, no es de fanfarronería como los secuaces y el del mismo Falstaff, aunque con la plebe, Henry si es irónico, mantiene la distancia entre la nobleza y la villanía, cuando asume el poder manda a detener a Falstaff, como muestra de que no permitirá desmanes.
2.- El uso de las pistolas durante la batalla de Shrewsbury (1403) es dudoso, más bien me inclino a pensar que es una adecuación histórica de Shakespeare para dar verosimilitud  a la obra, pues, no fue hasta la segunda mitad del 1400 cuando se perfeccionó la pistola como la conocemos; no dudo que algún rey o noble tuviera algún artefacto de fuego, pero para 1403 la batallas aún se libraban con ballestas, picas, arcos,  dagas, cuchillos, etcétera, y se les daba el nombre de pistolas; la importancia de este dato nos lleva a la idea de que en el 1600 cuando ya se usaban las armas de fuego personales, la puesta en escena de Enrique IV requiere ser adaptaba al periodo histórico isabelino y a los referentes de la vida diaria; la retórica, la acción lenta, la adecuación histórica en algunas obras de Shakespeare, <obedecen de los gustos de los públicos y de la época>, lo que me hace pensar sobre la necesidad de resimbolizar y adecuar aquellas obras que por su contenido y forma sean susceptibles de tocar temas de debate actual.
3.- Hay que recordar que el lenguaje inglés de esta época es vernácula y que lo culterano se lleva al pueblo a partir de la época isabelina cuando LyLy, Kyd, Shakespeare entre otros, utilizan el latín para nutrir el inglés, y al montar sus obras para el pueblo introducen los  neologismos al lenguaje popular: por tanto el lenguaje de las obras de Shakespeare es una mezcla de frases prosaicas y culteranas, (punto que se debe tomar en cuenta a la hora de traducir); además hay que observar qué no todos los pueblos del archipiélago británico, anexados, hablaban inglés. 

Falstaff


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