jueves, 1 de octubre de 2015





Irasema la vecina.

De: Javier Flores Carranza

Irasema, la vecina del apartamento siete, ama a los animales. Yo, al regresar de la secundaria pasaba toda la tarde en su casa. Ella tiene unas tetas pequeñas color de durazno y dos perras chihuahuense: la Bobita, el Meno; y un gato, Manchitas. Era incuestionable el inmenso cariño que profesaba a los animalitos. Nunca me han tratado así, con tantísimas caricias y besos. Un día me corrió porque descubrió que usaba sus pantaletas rosas para masturbarme en su alcoba. Entonces decidí secuestrar a los chihuahuenses y al gato. Los encerré en un cuarto de azotea sin agua y sin alimentos. Filmé todo el proceso de su agonía. Después le envié el video con un ramo de flores blancas. Ella lloró por semanas y estuvo de duelo toda la vida. Yo quedé suspendido en la eternidad, meciéndome del mecate, a un lado de los cuerpos sin vida de Manchitas, la Bobita y el Meno.



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