Irasema la vecina.
De:
Javier Flores Carranza
Irasema, la vecina
del apartamento siete, ama a los animales. Yo, al regresar de la secundaria
pasaba toda la tarde en su casa. Ella tiene unas tetas pequeñas color de
durazno y dos perras chihuahuense: la Bobita, el Meno; y un gato, Manchitas.
Era incuestionable el inmenso cariño que profesaba a los animalitos. Nunca me
han tratado así, con tantísimas caricias y besos. Un día me corrió porque
descubrió que usaba sus pantaletas rosas para masturbarme en su alcoba. Entonces
decidí secuestrar a los chihuahuenses y al gato. Los encerré en un cuarto de
azotea sin agua y sin alimentos. Filmé todo el proceso de su agonía. Después le
envié el video con un ramo de flores blancas. Ella lloró por semanas y estuvo
de duelo toda la vida. Yo quedé suspendido en la eternidad, meciéndome del
mecate, a un lado de los cuerpos sin vida de Manchitas, la Bobita y el Meno.
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